La invención de la litografía y, posteriormente, de la impresión offset, supusieron una revolución en las artes gráficas y la industria editorial
La impresión offset es hija de la litografía, procedimiento que descubrió a finales del siglo XVIII el dramaturgo alemán Aloys Senefelder experimentando con tinta grasa sobre la superficie lisa de una piedra caliza. De hecho, la palabra litografía deriva del griego lithos, piedra, y graphe, dibujo.
La técnica de impresión se basa en el principio de que el agua y las materias grasas no son miscibles, de tal forma que se traza un dibujo o texto con tinta oleosa sobre la piedra (actualmente sobre todo se utilizan planchas metálicas), el resto de la superficie es tratada con una sustancia que la vuelve más hidrófila, a continuación se humedece, se aplica tinta grasa, que se adhiere solo al trazo original, y finalmente se estampa la hoja de papel donde queremos transferir la imagen. Inicialmente, Senefelder utilizó la litografía para imprimir sus partituras musicales de forma económica, pero el descubrimiento abrió pronto un amplio abanico de posibilidades editoriales, artísticas y publicitarias.
Las ventajas de la litografía
La litografía es un método de impresión directa, mediante el cual la imagen grabada en la plancha metálica o en la piedra plana se transfiere al sustrato por contacto directo. Solo las partes entintadas quedan impresas en el papel. El offset, en cambio, es un método de impresión indirecta, pues, a partir del mismo principio, la imagen se transfiere de la plancha a un rodillo de caucho o mantilla, y de ahí al sustrato. De esta manera, el papel se mantiene seco y es posible repetir la operación a gran velocidad.
En la década de los años 30 del siglo XIX, el impresor francés Godefroy Engelman desarrolló la cromolitografía; es decir, la reproducción litográfica en color. Había que preparar una piedra distinta con la imagen original para cada color, siempre obedeciendo al mismo principio de incompatibilidad entre la tinta grasa y la superficie humedecida con agua. Así, el sustrato de impresión debía someterse al estampado tantas veces como colores quisieran transferirse.
Esta técnica supuso el nacimiento de una disciplina artística de gran riqueza creativa, en la que profundizaron a lo largo de un siglo artistas como Goya, Toulouse-Lautrec, Ramon Casas, Picasso o Andy Warhol, que marcaron época.
La aparición de la impresión offset
En 1853, el científico inglés John Strather patentó la litografía offset o impresión offset, aunque no fue hasta dos décadas después que, gracias a la incorporación de los cilindros de caucho, se empezó a utilizar en las prensas de mesa plana para imprimir sobre metal. Junto a la invención de la fototransferencia, el nuevo método supuso una revolución para las artes gráficas y la industria editorial.
La impresión litográfica en las prensas rotativas y semirrotativas offset modernas, como las que fabricamos en ROTATEK, proporciona impresiones de alta calidad a gran velocidad. Reproduce cualquier material que pueda ser fototransferido a las planchas de impresión y permite operar sobre multitud de sustratos. Gracias a estas ventajas, más del 40% de todos los trabajos en etiquetas, packaging, impresión editorial y materiales publicitarios son producidos mediante offset.