La alta calidad que ofrece la tecnología offset comienza en la preparación de las planchas de aluminio donde se transfiere la imagen original
Una de las claves que explican por qué la tecnología offset proporciona tan alta calidad se encuentra en las planchas sobre las cuales se transfiere la imagen que, posteriormente, se imprime en el sustrato. Se trata de un sistema de impresión indirecta, pues el sustrato no tiene contacto con las planchas, sino que la transferencia de la imagen se lleva a cabo mediante rodillos, gracias al tratamiento químico al que es sometida la plancha matriz. Vamos a conocer este proceso.
La impresión offset es monocromática; cada plancha sólo transfiere tinta de un color, de modo que para reproducir la imagen original en cuatricomía se necesitan cuatro planchas: una para imprimir en cian, otra en magenta, una tercera para el amarillo, y la plancha que transferirá el negro (proceso de color CMYK). Este sistema proporciona una calidad de color muy cercana a la imagen real. También se puede seguir el modelo Pantone, que ofrece una extensísima gama de tonos. Cada color está identificado con un código, y es posible trasladarlo a la plancha para que la impresión lo reproduzca exactamente. En este caso, no habrá que preparar cuatro planchas, sino tantas como necesitemos para reproducir cada color Pantone.
¿Cómo se fabrican las planchas de impresión offset?
Las planchas están formadas por una base y una emulsión. La base se puede fabricar en varios materiales, pero el más habitual es el aluminio, por la buena combinación de calidad, resistencia y maleabilidad que ofrece. En cuanto a la emulsión, es una capa fotosensible muy fina lipófila; es decir, que retiene la tinta.
Durante el proceso de fabricación de la plancha, el aluminio se somete a tratamientos físico-químicos que le proporcionan las cualidades necesarias para transferir las imágenes a los rodillos de impresión. Entre estos tratamientos se encuentra el graneado, que en la actualidad suele llevarse a cabo mediante anodizado, un tratamiento electroquímico con posterior oxidación. De esta manera, entre otras cosas, la plancha podrá retener el agua en las zonas hidrófilas, donde no debe quedar adherida la tinta.
Las planchas son muy finas —las que utilizan las máquinas ROTATEK se sitúan entre 0,15 y 0,2 mm—, lo que facilita su montaje en el cilindro de la prensa. La imagen original se transfiere a ellas mediante procesos fotoquímicos, fotomecánicos o de grabado por láser.
¿Cómo se transfiere la imagen al sustrato?
La capa de emulsión apenas alcanza la micra de grosor. El material del que está hecha suele ser un fotopolímero que, por el efecto de la luz, acepta la tinta y fija la imagen en la superficie.
La luz actínica (en cuyo espectro se encuentran los rayos UV) actúa sobre la emulsión según de qué tipo sea y cuál sea su estructura. Así, existen dos posibles reacciones fotoquímicas en el revelado de la plancha de impresión:
- Endurecimiento de la capa sensible a la luz (planchas negativas).
- Descomposición de la capa sensible a la luz (planchas positivas).
En el caso de la producción de planchas positivas y de planchas de impresión convencionales, se utiliza una película positiva; es decir, las secciones opacas y ennegrecidas de la película corresponden a los elementos de la superficie que aceptan la tinta en la plancha.
En el caso de la producción de planchas negativas, se utiliza una película negativa; es decir, las zonas que aceptan la tinta de la plancha de impresión se corresponden con las zonas translúcidas y claras de la película.
Para garantizar la calidad durante la elaboración de las planchas, se copian en ellas elementos de control.
Planchas de impresión sin agua
La plancha de impresión sin agua utiliza un revestimiento de silicona resistente a la tinta para eliminar el uso de una solución humectante. La capa de silicona cubre la zona donde no se debe fijar la imagen, mientras que deja libre la que sí debe reproducirla, de modo que al revelar el fotopolímero receptivo la tinta evita la silicona y se acumula en las zonas de imagen. Cuando la plancha se acople al cilindro de la prensa, la imagen se transferirá a la mantilla y de ahí al sustrato.
Las planchas que no requieren humedecerse permiten que el punto impreso se fije de forma más segura. De esta forma, se evitan los movimientos no deseados de la tinta y se minimiza la ganancia de punto para crear una imagen más nítida, en resolución ultrafina, con mejor densidad de tinta sólida y menos variaciones de color a lo largo de la tirada. Esto repercute en un mejor contraste y colores más vivos.
El registro mejora, porque no se produce el estiramiento del papel causado por la solución humectante. También se trata de un proceso de impresión más respetuoso con el medio ambiente, pues se reduce la utilización de productos químicos, así como de emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV). Además, el desperdicio de papel es menor, ya que las puestas a punto son más rápidas y precisas.
Las máquinas rotativas y semirrotativas de ROTATEK están diseñadas para sacar el máximo provecho a las ventajas de la tecnología offset. Te invitamos a conocerlas.